Los lieder de Schubert

20 febrero 2008

Miguel Zanetti: In memoriam

Hay noticias que uno no desea leer, como es la del fallecimiento del insigne músico Miguel Zanetti.

Conocí a Miguel en la presentación del libro El lied clásico, al que había puesto prólogo, en la Escuela Superior de Canto de Madrid. Cuando acabó el pequeño concierto, fuimos presentados. Jesús Munárriz, director de la editorial Hiperión, le preguntó:
-Miguel, ¿no has dicho siempre que no querías morirte sin ver las traducciones de los lieder de Schubert?
-Sí, contestó.
Entonces me adelanté un poco y dije:
-Aquí está Schubert.
Jesús Munárriz, después de decir mi nombre añadió que su deseo se iba a realizar, pues tenía delante a quien había traducido todos los lieder.
-¿Todos?- preguntó Miguel mientras nos estrechábamos las manos.
-Todos –contesté muy ufano-. Desde el primero, el D.1A hasta el último, el D.965, El pastor en la roca.
-No, perdona, el primero es el D.5 El lamento de Agar.
-Es cierto, es el primer lied catalogado... hasta ahora. Pero John Reed y el Reverendo Reinhard van Hoorickx afirman que el D.1A es el primero.
-De acuerdo – convino conmigo.
Así nació nuestra cariñosa relación, con el adobo de un ansia de hablar o discutir acerca del lied.
Me pidió que le enviara una copia del libro Los lieder de Schubert cuando firmara el contrato con la editorial para su publicación; durante más de un año nos llamábamos todas las semanas para charlar aspectos de los lieder. Yo creo que le gustó encontrar a alguien con el que hablar del lied, su gran pasión.
Hablábamos de pequeñas cosas, de cantantes, de discos. Siempre hablaba bien de todos los artistas consagrados y de sus alumnos, de sus ideas para las clases, como cuando me dijo que pensaba realizar el Erlkönig de Schubert en una versión para cuatro voces, los cuatro personajes del lied. Yo le dije que Schubert había escrito en una carta que habían interpretado este lied a tres voces en una velada familiar. “Pues voy a superar a Schubert” me contestó riéndose. A veces le gustaba sorprenderme con una inocente socarronería, sobre todo cuando en cierta ocasión me preguntó:
-¿A que no sabes que Fischer-Dieskau hace una transposición de cuatro compases en el lied Der Taucher, D.72?
-Pero, Miguel, eso no lo puedo poner en mi libro, todo el mundo sabe que no sé música y soy sólo un aficionado.
Guardo como oro en paño el sobre en el que me envió una copia de una partitura del Mesías en alemán, pues bajo mi nombre había escrito “Vicario de Franz Schubert en la tierra”. Y guardo en mi corazón su generosidad, mayor aún que su sapiencia. Se brindó para escribir el prólogo a mi libro. Me aconsejó que tradujera los lieder de Hugo Wolf, cosa que hice. Cada vez que le llamaba me preguntaba que para cuando salía Wolf.
El último consejo fue con mi libro Los lieder de Brahms. Cuando le comenté que iba por la mitad me dijo que tradujera los Volkslieder. “Pero es que son casi 100 canciones y suponen tres meses más de trabajo”, dije. “Pero es que algunos se suelen cantar” me contestó. “Tienes que tenerlos todos”.
Hace pocos días le dije que los había terminado y que iba a enviar el libro a la editorial. “¿Has incluido todos los Volkslieder? ¿y los lieder de Ofelia?”. “Si, Miguel, he hecho lo que me dijiste, y gracias a ello hay alguna novedad”.

Miguel, ahora que debo despedirte, todos los recuerdos brotan a borbotones. Gracias, amigo, por haber tenido la suerte de conocerte, de tratarte, de estimarte.

15 febrero 2008

Entre el 28 de febrero y el 2 de marzo próximos se celebrará la 7ª edición del Festival Musika-Música, en el Palacio Euskaduna de Bilbao, en el que habrá más de 60 conciertos de Schubert.

Aquí tenéis más información.