Los lieder de Schubert

14 mayo 2008

Deslumbrante escenificación de El viaje de invierno, de Yoshi Oida, en San Luis Potosí

Rebeca Samaniego e Irasema Terrazas en una escena del montaje de Yoshi Oida, la noche del domingo, en el Teatro de la Paz de SLP. Foto: Pablo Espinosa

El ciclo magistral de lieder para voz y piano de Schubert flotó en un jardín zen
Los poemas de Müller, inmortalizados por el autor austriaco, dejaron las salas de concierto

San Luis Potosí, SLP, 5 de mayo. En el espacio en blanco de la evocación sucede el viaje. La música de Schubert conduce la ruta introspectiva que se tiende como un sueño de escenas que parecen recurrentes pero que en realidad estallan en una serie de revelaciones. La metáfora del capullo que se vuelve mariposa para ser libre la convierte Yoshi Oida en imágenes invisibles de la flor en su florear. De esta manera vemos y escuchamos el ciclo magistral de lieder para voz y piano de Franz Peter Schubert flotando en un jardín zen.
La noche del domingo se estrenó en la capital potosina Die Winterreise (El viaje de invierno), ciclo de poemas de Johann Ludwig Wilhelm Müller (1794-1827) que inmortalizó Schubert (1797-1828) y que hasta ahora había fungido como vehículo para el éxtasis en las salas de música de cámara y en las discografías exquisitas de tenores.
Desde hace unos meses, esta obra maestra adquirió una dimensión más allá de lo sublime, cuando el maestro japonés Yoshi Oida, compañero de viaje de Peter Brook, la puso en escena en el transcurso del Fórum Universal de las Culturas Monterrey 2007.
Desde entonces ha sido aclamada en otros foros: el Teatro de la Ciudad de México, el Teatro Calderón de Zacatecas y ahora el Teatro de la Paz, en la segunda jornada y –desde ahora se sabe– la mejor del octavo Festival de San Luis.
Escenografía de Alejandro Luna
Para este montaje magistral, Yoshi Oida contó con la complicidad del maestro mexicano Alejandro Luna, quien diseñó una escenografía extraída de muchos sueños y una iluminación zen.
El equipo de músicos resultó inmejorable: el tenor Fernando de la Mora, la soprano Irasema Terrazas, el barítono Oscar Martínez, el bajo Daniel Cervantes y la pianista Guadalupe Parrondo.
El resultado es deslumbrante. Una apoteosis de la belleza en flor. La recuperación de la melancolía como un motor de vida y no como esa fuerza tanática de lastre a la que había sido reducida la noción del arte del romanticismo y del Sturm und Drang.
Logra tal esplendor este montaje escénico-musical, que el espectador muy bien puede imaginar puestas en escena de obras capitales semejantes, como los ciclos de canciones de Hugo Wolf e inclusive los de Gustav Mahler. Ecos y espejeos de las Canciones de un caminante pueden observarse aquí. Y si nos vamos al extremo, este equipo tiene la capacidad infinita de acometer obras colosales como la mismísima Das Liede von der Erde. De tal tamaño es el entusiasmo que despierta este logro artístico monumental.
En escena, los personajes de Wilhelm Müller se encarnan en los personajes de Schubert se encarnan en la entraña de la emoción en flor. El manantial de imágenes e ideas puede remitir por igual a la idea borgeana de El Otro que al gineceo magnífico de los lotos butoh, el agua veédica congelada en la matriz Mittel Europa.
Fluye de manera vaporosa la continuidad de escenas como siguiendo un orden onírico, un fasto de epopeya apenas con los elementos minimales del genio de Oida germinado en este equipo mexicano de primer nivel mundial.
La belleza de la música sin palabras de Schubert en el piano se hermana con la belleza de la música canora se hermana con el resplandor de la escena límpida en su trazo, pura en su concepto.
Un hito mundial sucedió la noche del domingo en San Luis Potosí. Albricias.



Reseña de Pablo Espinosa en "La Jornada de México".

12 mayo 2008

Un disco compacto:"Margarita en la rueca y otras joyas"

Firmado por Antonio Díaz Bautista y publicado hoy en el diario La Verdad de Murcia:


FICHA DISCOGRÁFICA
FRANZ SCHUBERT (1797-1828). LUDWIG VAN BEETHOVEN (1770-1827). 'LIEDER'. ELISABETH SCHWARZKOPF (soprano 1915-2006), EDWIN FISCHER (piano), GERALD MOORE (piano). PHILARMONIA ORCHESTRA. HERBERT VON KARAJAN (director).
NAXOS ADD 7 47313 32872 7.
A principio de los cincuenta, cuando uno andaba de pantalón corto en el viejo Instituto, junto al río, estaba la legendaria soprano Elisabeth Schwarzkopf en su plenitud de voz y belleza. Gracias al milagro de la remasterización, podemos escucharla en este compacto de Naxos, que reúne una selección de 14 Lieder schubertianos y 2 arias de Beethoven, una de ellas de Fidelio. Nunca se decidirá si la Schwarzkopf era más genial en la ópera o en el Lied, porque en ambos géneros alcanzó cotas insuperables, como cualquier melómano sabe de sobra. Entre las canciones de Schubert, algunas muy conocidas, me apetece destacar la D. 118, Gretchen am Spinrade (Margarita en la rueca), que siempre se ha considerado una de la interpretaciones cumbres de la soprano alemana. Pero es que, además, su texto, escrito por Goethe, parafrasea una escena del Fausto, de cuya publicación se cumplen ahora doscientos años, con lo cual la audición sirve como doble homenaje: a Elisabeth Schwarzkopf, fallecida hace dos años y a Goethe en el segundo centenario de su famoso libro.La historia de Fausto más extendida procede del libreto de la ópera de Gounod, estrenada en 1859, y desvirtúa el relato original, presentándolo como el resultado de una pasión senil: el anciano Dr. Fausto vende su alma al Diablo para recuperar la juventud y poder conseguir a Margarita, de la que estaba enamorado. En cambio, en el libro de Goethe es la decepción ante las limitaciones del conocimiento lo que impulsa al estudioso Fausto a firmar el pacto diabólico; entonces es cuando Mefistófeles le propone seducir a la bella y virtuosa Margarita. Pero, tanto el viejo Dr. Como la candorosa muchacha, están inspirados en personajes reales. Fausto fue un alquimista que vivió entre los siglos XV y XVI, y que desapareció, hacia 1540, tras una horrible explosión de su laboratorio en Staufen, un pueblecito de la Selva Negra. Margarita (Gretchen en alemán), rememora un amor juvenil de Goethe. En sus memorias cuenta que, siendo muy joven, cuando aún vivía en Frankfurt, tuvo un romance con una humilde costurera, llamada Gretchen. La familia de él le obligó a romper el noviazgo, por prejuicios sociales, y le quedó, para siempre, el recuerdo dolorido de aquel idilio frustrado; en el pequeño poema la evoca hilando en la rueca, símbolo del curso de la vida, y lamentándose por su amor imposible: «Mi paz se ha ido, el corazón me pesa». En 1814 le puso música Schubert, creando uno de sus más hermosos Lieder que, como señala nuestro paisano Fernando Pérez Cárceles, es «verdadera prueba de fuego de cualquier soprano, en la que pasa de la calma al grito y en la que expresa a corazón abierto sus sentimientos. Es la culminación del amor, pero un amor en el que se pierde el Yo porque no existe más que el Otro. Es el amor autodestructivo y es el pánico del amor».Ni que decir tiene que el colorido cálido, incluso en los agudos, de la voz de la Schwarkopf, su nítido fraseo, su extraordinaria ductilidad y, en suma, su gran técnica y delicada sensibilidad, consiguen una versión emocionante de esta preciosa canción y de todas las demás recogidas en el disco, apoyada en los estupendos acompañamientos pianísticos de Edwin Fischer y Gerald Moore. Un descubrimiento para mi, pues no la conocía, es la delicadísima Letanía para el día de Todos los Santos D. 343, compuesta en 1816, sobre un texto de J. G Jacobi. Capítulo aparte son las dos arias operísticas de Beethoven, que cierran el disco, acompañadas por la Orquesta Philarmonía, con von Karajan, donde la gran soprano cambia el registro y nos traduce magistralmente ese pathos romántico, ardiente y lírico al mismo tiempo, que inunda la música del genial compositor.

05 mayo 2008

Reseña publicada en El Cultural de esta semana a cargo de Arturo Reverter.


Schubert
Sehnsucht
Matthias Goerne. Elisabeth Leonskaja. Harmonia Mundi HMC901988

Inaugura la discográfica Harmonia Mundi una colaboración con el barítono Matthias Goerne, que hasta hace muy poco grababa para Decca. El proyecto es registrar una serie de bien elegidos lieder de Schubert junto a importantes pianistas. Elisabeth Leonskaja lo acompaña en este primer fruto, que lleva el título genérico de Sehnsucht (Anhelo), que así se denomina el D 636, con texto de Schiller. El resto de las canciones es por lo general oscuro, de fondo turbulento, de alto contenido psicológico.

Goerne, de timbre cada vez más penumbroso y de emisión más cupa, penetra con habilidad en esos dramas cerrados, asfixiantes. Se maneja con soltura en el centro de la tesitura y pasa sus apuros en la zona superior. Se desenvuelve por lo común con cierto desahogo en el grave, bien que, al no ser un bajo propiamente dicho, lo veamos un tanto ahuecado y engolado en notas abisales como el fa o el mi 1 de la tenebrosa Grenzen der Menscheit.

Los 14 lieder componen un corpus de una densidad singular, con obras magistrales como la citada o Lied eines Schiffers an Dioskuren; o la sensacional Gruppe aus dem Tartarus. Aquí a Goerne le falta brillar en lo alto para remarcar la aparición de la luz al tiempo del acorde de do mayor. Pero el barítono de Weimar es un artista de clase y se las ventila muy bien expresivamente, busca excelentemente los efectos, incluso en piezas de tesitura demasiado aguda para él. El volumen incluye también temas como An Emma, Der Pilgrim, Das Weinen, Memmon o Hoffnung.

Recital, en cualquier caso, interesantísimo, por el nivel global de los lieder, por su negrura, por la solvente recreación y, qué duda cabe, por la prestación protagonista de esa gran schubertiana que es Leonskaja, que canta, que impulsa la música, que se pliega a cada matiz.